viernes, 20 de agosto de 2010

EL TEATRO DEL GROTESCO

El Teatro del Grotesco constituye un tipo dramático extravagante y ridículo, tosco e irregular, de mal gusto.

EL TEATRO DE SAINETE

El Teatro de Sainete constituye una pieza dramática jocosa, en un acto, de carácter popular.

EL TEATRO DE FARSA

El Teatro de Farsa representa el nombre que se dio antiguamente a las comedias y constituye una pieza cómica por lo general breve, y sin más finalidad que hacer reír; representando una obra dramática desordenada, chabacana y grotesca con enredos para aparentar o engañar.

EL TEATRO DRAMÁTICO

El Teatro Dramático se basa en una obra literaria en que se representa una acción de la vida con sólo el diálogo de los personajes que en ella toman parte y sin que el autor hable o aparezca.

miércoles, 18 de agosto de 2010

EL TEATRO DE TÍTERES

El Teatro de Títeres se basa en una marioneta o un títere que es una figurilla o muñeco de trapo, madera o cualquier otro material, usado para representar obras de teatro.
Se denomina teatrillo o teatrino al espacio de representación dentro de o sobre el cual los títeres realizan la representación de sus historias. Generalmente, el teatrino cumple la función de representar el ambiente escénico de la historia. Muchas veces sirve también para ocultar a los titiriteros, a fin de fortalecer la ilusión de que los títeres tienen vida propia.
En la temprana época medieval, las representaciones de teatro de títeres solían referirse a historias guerreras que ilustraban las tomas de los castillos y las epopeyas de caballeros y cruzados. En dichas representaciones, el teatrillo solía tener la forma o estar decorado como un pequeño castillo. De allí tomó, hasta nuestros días, su nombre en inglés y francés (castelet). En España se le dio el nombre de castillo o castillejo, en recuerdo de aquellas representaciones.
Hacia el
siglo XVII apareció el nombre de retablo (palabra de procedencia eclesial) para referirse a los castillos de épocas anteriores. Las gentes de la Baja Edad Media estaban acostumbrados a entender las historias sagradas de la religión mediante imágenes y pinturas que se exhibían en los retablos de las iglesias, y este modo de presentación fue copiado para que el público siguiera de la misma manera las historias que las marionetas les presentaban. De allí, el teatrino empezó a llamarse retablo.

EL TEATRO DEL ABSURDO

El Teatro del Absurdo es un término que abarca un conjunto de obras escritas por ciertos dramaturgos estadounidenses y europeos durante las décadas de 1940, 1950 y 1960 y, en general, el estilo teatral que surgió a partir de la obra de aquellos. Se caracteriza por tramas que parecen carecer de significado, diálogos repetitivos y falta de secuencia dramática que a menudo crean una atmósfera onírica. El teatro del absurdo tiene fuertes rasgos existencialistas y cuestiona la sociedad y al hombre. A través del humor y la mitificación escondían una actitud muy exigente hacia su arte. La incoherencia, el disparate y lo ilógico son también rasgos muy representativos de estas obras. Surge en el siglo XX. Los autores comenzaron a aglutinarse bajo la etiqueta de lo absurdo como una forma de acuerdo frente a la ansiedad, lo salvaje y la duda ante un universo inexplicable y recayeron en la metáfora poética como un medio de proyectar sus más íntimos estados. Es por ello que las imágenes del teatro absurdo tienden a asumir la calidad de la fantasía, el sueño y la pesadilla, sin interesarle tanto la aparición de la realidad objetiva como la percepción emocional de la realidad interior del autor. Así, por ejemplo, la obra Días felices de Beckett (1961) expresa una generalizada ansiedad del hombre sobre la aproximación de la muerte, a través de la imagen concreta de una mujer hundida hasta la cintura en el suelo en el primer acto y hasta el cuello en el segundo, mientras que en Rinocerontes de Ionesco (1960) se muestra la ansiosa preocupación acerca del esparcimiento de las inhumanas tendencias totalitarias mostrando a la población de una ciudad transformándose en salvajes paquidermos. Entre los principales dramaturgos del teatro del absurdo se cuentan René Marques, Alfred Jarry, Antonin Artaud, Virgilio Piñera, Eugène Ionesco, Samuel Beckett, Jean Genet, Tom Stoppard, Arthur Adamov, Harold Pinter y Slawomir Mrozek. Algunas obras representativas son: Esperando a Godot, de Beckett y El rinoceronte, de Ionesco, o de este último también La cantante calva. La literatura del absurdo da muestra de la filosofía del dramaturgo de la cual Beckett es uno de los máximos representantes. Aunque más bien a Beckett se le relaciona con el Teatro del absurdo donde la tragedia y la comedia chocan en una ilustración triste de la condición humana y la absurdidad de la existencia. El dramaturgo del absurdo viene a ser un investigador para el cual el orden, la libertad, la justicia, la "psicología" y el lenguaje no son más que una serie de sucesivas aproximaciones a una realidad ambigua y decepcionante. El dramaturgo del absurdo desmantelará el viejo universo cartesiano y su manifestación escénica.

EL TEATRO DE COMEDIA

El Teatro de Comedia representa un episodio de la vida real que interesa o mueve a risa.

EL TEATRO DE TRAGEDIA

El Teatro de Tragedia constituye una obra dramática de acción grande, extraordinaria y capaz de infundir lastima y terror y cuyos protagonistas son personas ilustres o heroicas; compuesta en tono o estilo elevados, su desenlace es funesto por lo común. En la imagen se observa una escena de Romeo y Julieta.